martes, 29 de noviembre de 2016

Muy queridos hermanos todos en El Señor, pido al Señor que su misericordia. Les acompañe siempre.
Terminamos el año jubilar extraordinario de la misericordia. Cada diócesis cerró el año el domingo 13 de noviembre y el Papa en Roma el domingo pasado: Cristo Rey. Ha sido un tiempo en que como Iglesia queremos que al ver que nuestro fin ultimo: la vida eterna, cambiemos nuestro corazón haciéndolo más según el Evangelio. Cuantas experiencias nos hizo considerar el Papa por la infinita misericordia de Dios: sabernos amados y llamados por Dios, buscar estar fortaleciendo nuestra vida diaria con su misericordia: Dios no puede dejar de amarme, llevar a quienes necesitan su misericordia: ser solidarios de corazón. Las experiencias del jubileo para ancianos, enfermos, internos de los penales, descartados en el mundo, las familias, sacerdotes y tantas experiencias más. Que sea esta experiencia motivación para creer en amor a Dios y al prójimo.
El lunes pasado, el papa Francisco ha publicado una carta apostólica a toda la iglesia, esta carta se llama: "misericordia Et misera." ( la misericordia y la miserable); parte de la reflexión que San Agustín hace de encuentro de Jesús con la mujer adúltera( S. Jn. 8, 1-11). El santo padre nos invita a continuar viviendo la misericordia, pues terminó el año jubilar pero la misericordia siempre está entre nosotros. En esta carta el Papa nos explica cómo Jesús miró el corazón de la mujer y entendiéndole le perdona,
El perdón inspira alegría y conversión. Este pedir misericordia a Dios lo vivimos de manera especial en la santa misa, pues ahí rezamos pidiendo y confiando en su misericordia que nos alegra y fortalece. Además el santo padre pide a toda comunidad que tengamos un domingo al año para leer más y profundizar la Biblia. Establece que los sacerdotes podrán absolver él le así tan grave del aborto de ordinario( pecados reservados para poder perdonarlos a los  obispos), establece que el domingo XXXIII del tiempo ordinario sea el domingo para los pobres, y considera especialmente la atención que debemos dar a los más necesitados (migrantes, los sin techo, los que no tienen trabajo, los que no tienen un salario digno.
Hoy pues  hermanos, al iniciar este año litúrgico nuevo( desde este domingo de adviento), tengamos un corazón mejor para la misericordia Divina y seamos, como el Padre: misericordiosos. Pido al Señor les conceda un año litúrgico nuevo muy bueno.



Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.

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