miércoles, 10 de febrero de 2016

A días de recibir la visita tan esperada



Desde hace algunos meses, el pueblo mexicano está muy emocionado por recibir a un peregrino (que desde su elección) esta tierra azteca no dudó ni un instante en decirle “¡Te queremos Papa Francisco… ésta es tu casa!”.
Tuvieron que pasar 2 años y medio para que se diera el tan esperado mensaje de júbilo, y con él, poder recibir nuestro país a un sucesor más del apóstol Pedro; pero ésta visita, sin duda alguna, será muy especial; puesto que se recibirá al primer Papa del continente Americano, se recibirá al hermano que salió de casa, sin que éste imaginara, que se convertiría en “El pastor con olor a oveja” y que vendrá a reconocer a su rebaño.
Desde antes del anuncio oficial, mucho se había estipulado sobre las fechas exactas en que Francisco estaría esta tierra, pero fue un 12 de diciembre del 2015, cuando de propia voz diera a conocer que estaría en el bajo los pies de Nuestra Señora de Guadalupe pidiendo por la paz del mundo y encomendando el año jubilar de la Misericordia. De manera inmediata, la reacción de los mexicanos no se hizo esperar, y por ello, cientos de personas comenzaron a prepararse para dar la más digna bienvenida al Vicario de Cristo.
Conforme pasó el tiempo, se fueron dando a conocer diversos detalles (tales como los lugares que visitaría S. S. Francisco, himnos oficiales de cada una de las sedes, así como los horarios y la apretada agenda que desarrollará el sumo pontífice en nuestra patria) a su vez, cada uno de estos pequeños detalles anunciaban que la visita papal estaba más cerca de lo que se pensaba e informaban a toda la población que el momento tan esperado está prácticamente  “a la vuelta de la esquina”.
A lo largo de estos días se han dado a conocer diversos detalles, que resaltará la calidez; la alegría; la simpatía; la belleza cultural y gastronómica de nuestro país y de su gente; que sin duda alguna, más de un elemento superará las expectativas (de propios y extraño) sobre el amor incondicional  que este pueblo, Mariano, le tiene a Francisco.  
Por ello, es importante que cada una de las personas nos preparemos para recibir al Santo Padre; y que dejemos nuestro corazón abierto para recibir la Misericordia del Señor y el mensaje de Paz que dará aliento a todo el pueblo mexicano.
Pidamos a Dios, Nuestro Señor, que cada uno de los frutos que dé esta visita apostólica sea para la construcción de su Reino y Gloria suya.


Por: Héctor Javier Álvarez Romero.


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