Desde
hace algunos meses, el pueblo mexicano está muy emocionado por recibir a un
peregrino (que desde su elección) esta tierra azteca no dudó ni un instante en
decirle “¡Te queremos Papa Francisco… ésta es tu casa!”.
Tuvieron
que pasar 2 años y medio para que se diera el tan esperado mensaje de júbilo, y
con él, poder recibir nuestro país a un sucesor más del apóstol Pedro; pero
ésta visita, sin duda alguna, será muy especial; puesto que se recibirá al
primer Papa del continente Americano, se recibirá al hermano que salió de casa,
sin que éste imaginara, que se convertiría en “El pastor con olor a oveja” y
que vendrá a reconocer a su rebaño.
Desde
antes del anuncio oficial, mucho se había estipulado sobre las fechas exactas
en que Francisco estaría esta tierra, pero fue un 12 de diciembre del 2015,
cuando de propia voz diera a conocer que estaría en el bajo los pies de Nuestra
Señora de Guadalupe pidiendo por la paz del mundo y encomendando el año jubilar
de la Misericordia. De manera inmediata, la reacción de los mexicanos no se
hizo esperar, y por ello, cientos de personas comenzaron a prepararse para dar
la más digna bienvenida al Vicario de Cristo.
Conforme
pasó el tiempo, se fueron dando a conocer diversos detalles (tales como los
lugares que visitaría S. S. Francisco, himnos oficiales de cada una de las
sedes, así como los horarios y la apretada agenda que desarrollará el sumo
pontífice en nuestra patria) a su vez, cada uno de estos pequeños detalles
anunciaban que la visita papal estaba más cerca de lo que se pensaba e
informaban a toda la población que el momento tan esperado está
prácticamente “a la vuelta de la
esquina”.
A
lo largo de estos días se han dado a conocer diversos detalles, que resaltará
la calidez; la alegría; la simpatía; la belleza cultural y gastronómica de
nuestro país y de su gente; que sin duda alguna, más de un elemento superará las
expectativas (de propios y extraño) sobre el amor incondicional que este pueblo, Mariano, le tiene a
Francisco.
Por
ello, es importante que cada una de las personas nos preparemos para recibir al
Santo Padre; y que dejemos nuestro corazón abierto para recibir la Misericordia
del Señor y el mensaje de Paz que dará aliento a todo el pueblo mexicano.
Pidamos
a Dios, Nuestro Señor, que cada uno de los frutos que dé esta visita apostólica
sea para la construcción de su Reino y Gloria suya.
Por: Héctor Javier Álvarez Romero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Agradecemos tus comentarios
(Los comentarios son moderados)