El pasado 1 de Marzo de 2015, día de la divina providencia, nuestro Seminario
diocesano se llenó de alegría por la visita de nuestros promotores y bienhechores. Todo
dio inicio alrededor de las 10 am., con una recepción organizada por los seminaristas y
un pequeño refrigerio. Posteriormente por grupos dieron recorrido por nuestra casa,
visitando principalmente la biblioteca y algunas otras áreas en construcción y/o
remodelación, gracias a la generosidad de tantas personas que de alguna manera nos
apoyan espiritual y materialmente.
A las 11:30am pasamos al teatro de nuestro seminario, para apreciar la puesta en
escena Nevadaˊs Chou que con mucho esfuerzo y espíritu de gratitud la facultad de
filosofía preparó este año.
Terminada la obra a la 1:00 pm., dio inicio la Santa Misa presidida por el rector
del seminario el Presbítero Ramón Orozco Muñoz, quien nos invitó a pensar un
momento cuánta es nuestra generosidad, si en verdad lo que damos lo damos con el
corazón, haciendo alusión a la primera lectura del día, en la que escuchamos el
mandato del Señor para Abrahán. «Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas;
vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré.»
Con estas palabras poco a poco el padre nos motivó a tomar conciencia de nuestra
generosidad, del amor o el apego a nuestras cosas materiales y de que estas mismas, sin
saber utilizarlos nos van alejando de Dios y ante todo del prójimo.
En este mismo marco el padre insistió también en la respuesta silenciosa de
Abrahán, pero al mismo tiempo una respuesta desde el corazón para dar lo único que
tiene, lo que le quedaba, su hijo. Es por ello que cada uno de nosotros debemos
reflexionar en este aspecto con cuanto amor nos entregamos a los que menos tienen
aquellos que padecen hambre, frio, penas, dolores, etc. Es ese rostro sufriente de Cristo,
el más necesitado.
Después de la celebración Eucarística pasamos a la comida en una pequeña
palapa de nuestro seminario donde tuvimos la oportunidad de convivir más de cerca con
los bienhechores por medio del diálogo y algunos juegos y rifas que prepararon los
seminaristas.
Grande es la gratitud de parte de nuestro seminario a todos nuestros
bienhechores que de una manera silenciosa pero con mucho amor y alegría, mes con
mes, apoyan con sus donativos a nuestra formación y al sostenimiento de esta
institución. Gracias por ser también esos pilares que no solo económicamente nos
ayudan sino también con la oración ferviente que elevan al Padre celestial por cada uno
de los seminaristas y sacerdotes.
Gracias a todos ustedes que dan con amor y que algunas veces se han privado de
algún gusto por apoyar a nuestro seminario, gracias por su tiempo, por su esfuerzo,
gracias por responder con GENEROSIDAD al Señor; gracias por abrirnos las puertas de
sus hogares y por formar parte de la FAMILIA SEMINARIO.
Que la Divina Providencia les siga socorriendo cada día y que nuestra Señora la
Inmaculada concepción de San Juan de los Lagos los proteja con su manto.
Muchas Gracias FAMILIA.
Mario Alberto Hernández
Angulo
1 de Teologia.
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