Los días 3 y 4 de febrero se llevó a cabo esta Asamblea en la Hacienda
Cocoyoc, en el estado de Morelos, con el tema"Responder ante la
emergencia educativa desde el marco de Evangelii Gaudium".
A dicho evento asistieron 16 de las 18 Provincias Eclesiásticas que engloban
las Diócesis de nuestra Nación Mexicana, representantes de comunidades
religiosas, organismos intermedios de la sociedad; directores y maestros de
colegios católicos, así como grupos y movimientos.
El ambiente siempre fue de oración y reflexión, además de que participamos
en la Eucaristía.
Se contó con la participación de su Excelencia, Mons. Christophe Pierre,
Nuncio Apostólico en México; Mons. Ramón Castro, Obispo de Cuernavaca
y responsable de la Dimensión Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política;
Mons. Alberto Cardenal Suárez Inda, Arzobispo de Morelia y responsable de
la Dimensión de Educación de la CEM; el Señor Juan Manuel Mancilla,
Obispo de Texcoco y el Señor Juan Armando Pérez Talamantes, Obispo
auxiliar de Monterrey.
Cabe destacar la presencia del Pbro. Dr. Jesús María Aguinaga Fernández
responsable de la comisión de educación de nuestra diócesis.
Entre los trabajos que se llevaron a cabo están una conferencia magistral por
parte del Pbro. Dr. Francisco Merlos Arroyo titulada: “Renovemos los criterios
para hacer Pastoral Educativa, a la luz de la Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium” y tres mesas de diálogo en la que participaron distintos expertos y
representantes de organismos vinculados con la tarea educativa:
asociaciones de padres de familia, centros de investigación, vida religiosa
dedicada a la educación, organismos intermedios, asociaciones de maestros,
universidades, así representantes de las escuelas particulares de México.
Por último, tuvimos la oportunidad de participar en las mesas de trabajo que
se realizaron donde todos aportamos opiniones e ideas para colaborar para
solucionar la emergencia educativa en México.
Las diez conclusiones a las que se han llegado son:
1. La educación consiste en humanizar, en ayudarle a toda persona a
descubrir quién es, a comprender la realidad histórica que habita y a participar de ella para hacerla más digna. Educar, por ello, es una de las
actividades más relevantes de la vida humana.
2. El Concilio Vaticano II fue una reunión histórica que tuvo un interés
central por la educación, en virtud de que ofrece toda una antropología
personalista, trascendente, así como algunos criterios para difundirla al
mundo, en diálogo con otras religiones, con la sociedad contemporánea.
Podemos decir, haciendo eco del mismo Concilio, que el hombre sigue
siendo “el camino de la Iglesia”.
3. La emergencia educativa es fundamentalmente una emergencia
antropológica. La pregunta es cómo transmitir mejor las verdades
esenciales de la existencia, pero sobre todo, qué estamos enseñando,
qué concepción de la persona y las instituciones humanas hemos
construido –familia, escuela, empresa, organismos intermedios, Estado,
orden internacional–. Sólo con una concepción integral de la persona, es
posible formar un conocimiento adecuado, digno y constructor de una
auténtica cultura.
4. Es urgente recuperar la familia y la escuela como espacios educativos
fundamentales. Son los padres de familia los primeros responsables de la
formación de sus hijos. Ambos deben complementarse en una dinámica
de diálogo, apoyo muto y formación, para desempeñar adecuadamente
su responsabilidad. Toda verdadera educación es una experiencia
persona-persona, que implica generosidad, comprensión del otro y
disposición para recorrer un camino.
5. En este Cambio de Época que vivimos, según el Papa Francisco (Cfr.
Evangelii Gaudium, No. 46), estamos llamados a ofrecer los elementos
esenciales de la vida humana que exige una cultura del encuentro y la
solidaridad. Los cambios tecnológicos y de comunicación serán benéficos
si se ponen al servicio de la persona y ésta sabe utilizarlos como medios
concretos para llegar a un buen fin.
6. La educación de la sociedad es una actividad humana fundamental que
no puede determinarse por las condiciones del mercado o el Estado.
Ambos, deben orientar, junto con toda la sociedad y demás instituciones,
sus esfuerzos en esta materia, con el fin de procurar una educación
integral y de calidad para todos, con múltiples implicaciones
trascendentes y espirituales.
7. Evangelii Gaudium, Exhortación Apostólica reciente del Papa Francisco,
contiene un discernimiento extenso y muy profundo sobre lo que estamos
llamados a ofrecer al mundo de hoy. Esto implica una actitud de escucha,
de autocrítica, de misión, pero sobre todo de auténtico servicio en la
alegría del Evangelio.
8. Es urgente salir al encuentro de todas aquellas víctimas de sucesos de
violencia, inseguridad y desprecio de la vida. Por otro lado es necesario
ofrecer a la sociedad actual instrumentos, programas y sobre todo,
experiencias de construcción de paz y diálogo. Un ejemplo es la
campaña #por 1México en Paz. 9. Integrar una visión amplia sobre la educación, así como los esfuerzos de
sus actores, fines y medios, pues son una tarea compleja que debe ser
asumida por todos y en todos los aspectos de la vida, con el fin de
alcanzar lo más noble, lo más bello y digno de lo humano.
10. Los esfuerzos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, presentes en
Educar para una Nueva Sociedad, así como en los Talleres de Educación
para Padres de Familia, promovidos con organismos académicos, civiles
y empresariales, son herramientas que pueden ser muy útiles para
responder ante la emergencia educativa que nos interpela. Debemos
buscar aliados y apoyos para lograr educar en valores y sobre todo,
lograr formar virtudes.
Por Silvia del Valle.
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