El Confusionismo
Pareciera ser que la mejor manera de iniciar el cierre de los casos que causan revuelo nacional es
argumentar la “confusión”, que ciertamente se ocasiona con tantas contradicciones de los actores
de las investigaciones y que quedan plasmadas en los videos que presumen la “reconstrucción de
los hechos”, pero que difícilmente se sostiene como causa de los asesinatos.
“… privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al río. En ese orden. Ésta, es
la verdad histórica de los hechos, que debe tener validez jurídica ante los órganos
jurisdiccionales”. Así lo afirmó Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República, el pasado
27 de enero.
Declarar que hayan sido confundidos y por ello asesinados no ha dejado conformes a sus familias y
a diversos grupos sociales que continúan exigiendo la verdad sobre los hechos.
La inconformidad ante el argumento de la “confusión” no es nueva, bastaría recordar que por esas
mismas fechas, el 23 de septiembre de 2014 fue asesinado el diputado Gabriel Gómez Michel y
también se dijo “fue por confusión”, o cuando murieron cuatro escoltas de los hijos de Enrique
Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México, también “por confusión”, o un caso más
antiguo, el del Cardenal de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993
quien, según palabras del entonces Procurador General de la República, Jorge Carpizo, fue abatido
a tiros por “confusión”.
Los “dimes y diretes” entre los actores que llevan a cabo las investigaciones – PGR, Equipo
Argentino de Antropología Forense y El Instituto de Medicina Forense de la Universidad e
Inssbruck – hacen vida el viejo refrán, “a río revuelto, ganancia de pescadores”, el trabajo ahora es
saber quiénes son los pescadores, pero no creo que los 43 desaparecidos estén ganando o que los
familiares resulten en algún modo beneficiados, o que el País alcance un poco de paz ¿quién
estará ganando o queriendo ganar?
México necesita verdad, justicia y paz, en tanto que estas condiciones no se hagan realidad en
nuestra sociedad “el confusionismo” seguirá siendo una buena vía de escape para dar carpetazo a
lo que ayudó a limpiar el patio trasero y así poder preparar lo que viene, puesto que en el mundo
de la faramalla, la función debe continuar.
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