Los fieles de la parroquia de San Francisco de Asís en Tepatitlán, damos gracias a Dios por estos 5 meses
que ha estado con nosotros el Obispo electo Cristóbal Asencio G., previamente él se estuvo despidiendo
personalmente de todos y cada uno de los enfermitos en sus hogares acompañado por los Ministros
extraordinarios de la Comunión, llegando a los que no pueden salir, a quienes visitó, alentó y pidió sus
oraciones.
En la parroquia concelebró acompañado del Pbro. Jesús Padilla y el Pbro. Erminio Gómez, la Eucaristía
para despedirse de nosotros, inició la homilía diciendo: Hermanos la Palabra de Dios nos sale en el camino de
nuestra vida para iluminarnos, guiarnos y en este domingo nos habla de la vocación, en la primera lectura
llamado de Samuel, en el Evangelio la llamada de los doce apóstoles, nos habló luego del esquema de la
vocación en 5 pasos.
Yo al venir a esta parroquia desde luego había una situación, siempre el pueblo de Dios está en una
situación y venía con un encargo, el encargo de apacentar, de, yo lo dije al llegar aquí en la misa de inicio de
ministerio: vengo para que unido con mis hermanos sacerdotes, colaborar para que este pueblo tenga vida y
vida en abundancia, ahora que voy de Obispo para la situación de aquel pueblo diferente un pueblo que está en
apuro, un pueblo que sufre y un encargo diferente que mis cuidados arropen a una comunidad diocesana, ser
pastor, no líder político, ser pastor de todos y desde luego anunciar el Evangelio que es buena noticia para
todos, aquí nos comentó también cómo fue su llamado y su nombramiento en el encuentro con el Nuncio del día 10
de noviembre.
Habló del ideal, lo que debe ser un Obispo, esto que Dios me pide que cultive en mi vida, para ser, luchar por
ser Pastor según el corazón de Jesucristo Nuestro Señor, este es el encargo que yo tengo y desde luego por algo
Nuestro Señor, permitió que estuviera aquí 5 meses en Tepatitlán, porque la experiencia pastoral aquí tenida, con la
respuesta de los fieles laicos, religiosos, sacerdotes, ha sido como un tonificante, algo que me fortalece más en el
Señor y me llena de seguridad, además de contar con la oración segura de ustedes, pues la experiencia pastoral y ver
el caminar de esta comunidad y centrar la vida en Jesucristo Eucaristía, esto nos fortalece a los pastores, por tener el
contacto con el sacramento de la confesión, la Eucaristía, contacto con los enfermos visitándolos cada mes.
Contacto con los diferentes grupos, quiero invitarles a que le sigan dando vida a su parroquia, que no se
debilite la comunidad, mucho depende de los agentes, ustedes tienen voz, tengan confianza a sus pastores digan lo
que necesitan, porque Dios habla a través de los sacerdotes, Dios habla también muy especialmente a través del
pueblo, la voz del pueblo es la voz de Dios, voz latina que dice “vox populi, vox Dei” la voz del pueblo es la voz de Dios,
la voz del pueblo fiel, que trata de escuchar su Palabra.
Vivan la corresponsabilidad síganle dando porque esta comunidad veo que tiene mucha vida, ya lo he dicho
en muchas ocasiones que aunque es del centro no parece, porque yo veo la comunidad muy dispuesta a salir, no a
estancarse muy dispuesta a salir en sus agentes de pastoral, en sus jóvenes, en sus adoradores, en esos grupos que
me tocó más acompañar; Refugianas, Carmelitas, Franciscanas, Adoradores. Y tuve la experiencia de vivir la semana
de la familia, experiencia bonita de que en la parroquia se puede llenar de las familias para escuchar la Palabra de
Dios, como se llenó todos los días de la semana en octubre..
Que bueno que sigan experimentando ese dinamismo del Espíritu, es de todos no sólo de los sacerdotes, por
eso continúen teniendo más vida y vida en abundancia, porque esta la vida de Cristo es la que está llamada a
irradiarse, a extenderse.
Terminó diciendo, Hermanos le doy muchas gracias a Dios por esta comunidad de San Francisco de Asís, me
lo han dicho y así lo siento que tendré un apoyo seguro, un apoyo espiritual siempre muy, cada vez experimento
más que el Señor está conmigo y que la obra es de Él, se manifiesta a través de nosotros, celebremos a Jesús el
Buen Pastor agradecidos con Él y confiados en su presencia.
Este domingo 18, se fue despidiendo en todas las celebraciones, así como compartió el pan y la sal con
los Adoradores en su Asamblea Anual en la Casa Pastoral del Señor de la Misericordia. Dios le bendiga en su
nueva encomienda, cuente con nuestras oraciones y el Señor le fortalezca con lo que más necesite en su nuevo
destino.
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