Fiestas Patronales y Trienio rumbo a
los 400 años de vida Parroquial
“En aquel tiempo surgirá Miguel, el
gran príncipe, protector de tu pueblo.”
(Daniel 12,1.)
Y surgió San Miguel Arcángel, el príncipe de la milicia
celestial, a proteger a un naciente pueblo de gente pacífica; españoles,
criollos y mestizos, de un combate entre las hordas chichimecas que saqueaban
la región, mientras que los lugareños de Atlekuilco hoy Atotonilco llenos de
pavor imploraron el auxilio divino y estos favorecidos por Dios, fue entonces
cuando hubo un prodigio en el cielo, las nubes contorneaban la silueta de un
Ángel y que con su espada expedía rayos y relámpagos que ayuntaban a los salvajes
atacantes y estos despavoridos se fueron del lugar quedando aquella zona en
calma y paz. Fue así como el pueblo aclamo a San Miguel Arcángel patrono de
dicha localidad por su honorable protección.
Leyenda que hace vida la devoción de un pueblo a su santo
patrón, una tradición que se remonta desde finales del siglo XVI hasta el
presente. Una festividad que comprende un significado especial en su devoción,
pues es un signo de fidelidad a Dios, porque el Ángel Miguel fue el primero en
alzarse con el grito de ¡Quién como Dios! (Quis ut Deus) y millones de
espíritus angélicos se le unieron, manifestando su fidelidad.
Iniciamos el domingo 20 el novenario a nuestro santo patrón, con un desfile-peregrinación inaugural de gran
colorido San Miguel Arcángel y fue el arranque de un trienio de
preparación a los 400 años de que fue
erigida parroquia, el 3 de enero de 1618. (1618-2018)
Con espíritu festivo,
lleno de gratitud y fervor, como signo de la fuerza evangelizadora de la
parroquia, participaron representantes de todos los grupos, asociaciones y
movimientos, dando a conocer la riqueza de sus carismas; y una representación
de la parroquia de María Auxiliadora y de San Felipe. Grupos de niños del catecismo y
colegios, de matrimonios, las reinas infantiles, de la tercera edad y de la ciudad,
grupos folklóricos y danzas. Carros alegóricos alusivos a la primera
evangelización. Además los charros, bandas de música y fieles que peregrinaron
junto a la histórica y bendita imagen de San Miguel Arcángel que preside en la
parroquia desde hace muchos años.
Por este doble motivo; celebramos con mayor intensidad este
novenario; repiques de campanas y cohetes, anunciaban las celebraciones de la
Eucaristía Solemne, presidida por Sacerdotes invitados, que hacían reflexionar
sobre la temática de la familia y la paz. Cabe mencionar la Eucaristía Solemne
del día 29 que presidio el Sr. Obispo Javier Navarro Rodríguez, pastor
entrañable de esta comunidad. Otras tantas celebraciones engalanaron este
novenario; primeras comuniones, unción de enfermos, vigilia de espigas,
celebración comunitaria de matrimonios, confirmaciones de catecúmenos adultos
etc. Y eventos culturales, artísticos, y no podría faltar los castillos
pirotécnicos refulgentes que brillaban en medio de la algarabía popular.
Y así concluyeron las fiestas a San Miguel Arcángel y comienza
el trienio conmemorativo (2015-2018) por los 400 años de erección parroquial
(1618-2018). Y esto es para nosotros motivo de
alegría, pues son celebraciones simbólicas, además es un tiempo como cristianos
de examinarnos delante de Dios y volver
a él, pues le numero 4 presidido del 0 tiene un simbolismo particular en la
biblia que significan un tiempo suficientemente largo para que se realice algo
importante, tiempo de prueba y de preparación; el diluvio duró 40 días y 40
noches (Génesis 7,12), el tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto
fue más de cuatrocientos años (Éxodo 12,40), Moisés pasó 40 días en oración
antes de recibir las tablas de la Ley (Éxodo 24,18), 40 años que peregrino el
pueblo de Israel para llegar a la tierra prometida (Éxodo 16,35), Elías anduvo
40 días antes de encontrarse con Dios (1Re 19,8), Jonás anunció la destrucción
de Nínive a los 40 días (Jon 3,4), ) Jesús fue presentado en el templo a los 40
días de su nacimiento (Lc 2,22), 40 días en ayuno y oración que paso Jesús en
el desierto (Mt 4,2) y después de la resurrección, se apareció también durante
40 días (Hch 1,3). Por eso para nosotros es tiempo de gracia y conversión,
tiempo de gratitud y jubilo, 400 años de Comunidad Parroquial.
Es mirar al pasado, para apreciar y valorar nuestras raíces,
recordando el testimonio de los héroes valientes que nos transmitieron la fe,
esperanza y caridad, el tesoro de la Palabra de Dios y los Sacramentos que dan
Vida Eterna.
Es pues mirar nuestro presente para revitalizar nuestro
compromiso de pertenecer a Cristo y a la
comunidad cristiana.
Y también es proyectarnos al futuro, abrirnos al Amor
misericordioso de Dios, dejar que el Espíritu Santo nos conduzca a horizontes
de paz y justicia. Y juntos lleguemos a ser santos e irreprochables ante Dios
en el amor, hasta que nos veamos en la misma gloria que esos Santos disfrutan
en el Cielo.
Es pues para esta comunidad un caudal de gracia y bendición
de Dios a su pueblo, que seamos agradecidos y correspondamos a Él, y que
jubilosos festejemos estos 400 años de vida parroquial.
Juan Pablo Arámbula Luevanos
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