23 AGOSTO 2015.
Por: Lilia Adriana González
Peña
Fotografía: Héctor Javier Álvarez Romero.
Han pasado 6 años y 7 meses desde que le recibimos y el día
de hoy llega la hora de la despedida… está claro que en esta vida terrenal
“Todo empieza y todo acaba”, nuestra vida está hecha de finales y
comienzos, hoy es uno de esos finales…
en estos casi 15 años la Parroquia de San José ha tenido 3 comienzos, que han dado
frutos incalculables a esta feligresía.
Pareciera que ustedes los sacerdotes, están
siempre “Con la maleta preparada”, ¿Habrá algo mas desinteresado que el trabajo
de un sacerdote?. Siempre llegar al nuevo destino, se donan de manera
desinteresada y se van ante un nuevo llamado. Y cada vez que llega una
despedida, seguro que se dejan un trocito de su corazón, pero de un corazón que
es tan grande que jamás se termina y siempre queda abierto para los que ya le
están esperando.
Es verdad que las despedidas
siempre las hemos considerado como algo triste, porque las miramos desde el
ángulo de lo que hemos perdido en lugar de hacerlo desde el de lo que hemos
ganado: un amigo que se va, pero que se queda en cada uno de nosotros a través
de cada centímetro construido, de cada palabra escuchada en sus homilías.
Y de nosotros, los que nos
quedamos, también se nos va con usted un trozo de nuestro corazón… han sido 6
años y 7 meses, el “roce” hace amistad y concibe el respeto. Pero como Parroquia
nos queda también corazón para abrirlo a quien viene a sustituirle, es lo
justo…la iglesia no es un sacerdote, la Iglesia es mucho más y eso jamás
podemos perderlo de vista; seguro hoy lleno de ilusiones y de proyectos la
vista y la mente voltean hacía esa nueva Parroquia a donde ha sido asignado, en una tierra lejana, dolida y necesitada de
gente de paz, que escuche sus tristezas
pero también que marque nuevos senderos a su vida espiritual y todo en nombre de quien todo lo mueve JESUS,
nuestro DIOS.
Muchas gracias Señor Cura Juan Roberto por estos años de su
vida que Dios ha permitido que nos dedicara, que nos regalara, en los cuales pudimos ver la transformación
física de este pequeño espacio en el que nos encontramos como hermanos y
discípulos de Jesús, sepa que siempre, que
en esta Parroquia de San José, en cualquiera de nuestros hogares, habrá un
lugar reservado para usted.”
Gracias Sr. Cura Juan Roberto y Dios lo colme de bendiciones
por siempre.
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