jueves, 24 de noviembre de 2016

BIENVENIDO PADRE MARCO ANTONIO DÍAZ GÓMEZ A YAHUALICA


             Las campanas a vuelo en la fría mañana del sábado 12 de noviembre de 2016, anunciaron la llegada del nuevo vicario a la parroquia de San Miguel de Yahualica. Ni la lluvia ni el frío impidieron que la comunidad  nos congregáramos en el templo parroquial para participar en la Eucaristía a la cual también asistieron familiares del Padre Marco Antonio y feligreses de la parroquia de la Inmaculada Concepción (La Concia) en donde fue párroco.
                El Señor cura Santiago en la homilía agradeció la generosidad con la que el Padre Marco Antonio aceptó esta encomienda; luego el Padre Marco Antonio expresó entre otras cosas, lo siguiente: “Quiero mirar a San José como aquél santo varón que provoca que la Iglesia sea una, él tiene que sacar a Jesús y a María para seguir en esa unidad de familia, que nos hace decir: somos la Iglesia; también contemplar a la Inmaculada Concepción, ya que en María recordamos que la Iglesia es santa, entonces, todo aquello  que nos aparta de la santidad de Dios debe ser vencido, aplastado por el pie de la Señora Santa; contemplar al Sagrado Corazón de Jesús, Niño de Flamacordis, pero también al Señor del Encino y recordar que la Iglesia que es una, santa, pero también es católica y donde se encuentre Cristo, ahí está la Iglesia y donde se encuentre el amor de Cristo, allí hay comunidad; mirar al Señor del Encino nos llena de amor, pero también de pasión por la Iglesia; con los brazos siempre extendidos, abiertos, inclinándose un poco, como abrazando,  recibiendo a todos; en esa universalidad de la Iglesia, todos somos hermanos; y no hay una parroquia, ni otra parroquia, y no hay un sacerdote, ni otro sacerdote... Hay un corazón que ama y es el corazón de Cristo y en ese corazón traspasado es donde encontramos consuelo. Finalmente, contemplar a San Miguel, y recordar que la Iglesia es apostólica; San Miguel, el enviado por Dios, para recordarnos que no hay nadie como Dios, mirarlo para pedirle que nos proteja siempre, sobre todo a la amada parroquia de la Inmaculada Concepción, que vive en ese ambiente tan adverso, tan difícil, tan lleno de temor; no se olviden de invocarlo ¡Quién como Dios! Él los defiende, los protege, puede romper cualquier cadena y prisión, sobre todo la de la violencia; no están solos, San Miguel está con ustedes”.
“Cuando a mi abuelito le platiqué que me cambiaban a esta parroquia, con su experiencia de cien años de vida, sus palabras fueron muy sabias: Vas a una parroquia de San Miguel, al templo de San Antonio; yo me llamo Miguel, tú te llamas Antonio, Dios nos sigue hablando y siempre estará con nosotros”.

Al terminar la celebración, continuó la fiesta en la presa, donde disfrutamos de típica comida y buena música, conviviendo así, con las personas de la Concia y Valle de Guadalupe que acompañaron al padre a su nuevo destino.

¡Bienvenido padre Marco Antonio!

Por: Luz Ma. Mora Gómez


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