
«El pueblo siciliano, tan arraigado a la vida, que ama y da la vida, no puede vivir siempre
bajo la presión de una civilización contraria, de la muerte. Hace falta la civilización de la
vida. En nombre de Cristo crucificado y resucitado, que es camino, verdad, y vida, me dirijo
a los responsables: ¡Convertíos, un día vendrá el juicio de Dios!»
Juan Pablo II
He iniciado este artículo recordando las palabras que San Juan Pablo II dirigió hace casi 21
años a la mafia italiana estando de visita en Sicilia, el 9 de mayo de 1993. En esa ocasión, el
entonces Papa Juan Pablo II ofreció un discurso improvisado después de celebrar una Misa
multitudinaria desde el Valle de los Templos de Agrigento. En esas palabras de san Juan
Pablo II se nota la valentía y el coraje al denunciar a los responsables del sufrimiento del
pueblo italiano.
A poco más de 20 años, la realidad de la Sicilia de aquél entonces se asemeja a la de nuestro
país. El rostro sufriente de un poblado italiano que no pudo esconder el dolor al Papa Juan
Pablo II pareciera estar reflejado en millones de mexicanos que ahora vivimos atemorizados
bajo una ola de violencia que ha invadido nuestra vida y nuestra conciencia. La situación de
nuestro país es el reflejo de una sociedad que, lamentablemente, se está acostumbrando cada
día más a vivir bajo la sombra de una cultura de muerte a la que se le dio la condición de
ciudadanía en abril de 2007, cuando la Asamblea Legislativa del DF aprobó modificaciones
al Código Penal y a la Ley de Salud del DF que permitieron la despenalización del aborto
hasta la semana 12 de gestación. A partir del 24 de abril de 2007 al 31 de octubre de 2014, las
cifras de abortos «legalmente» realizados en la Ciudad de México fueron 130,824i
.
Ahora, te invito a preguntarte qué relación existe entre la violencia –como parte de una
cultura de muerte-, y la bioética. Pues esta relación tiene mucho más de lo que aparentemente
existe. Problemas como el aborto y la violencia no son realidades que suceden sólo en los
noticieros y en los periódicos. Ocurren en la vida real y se convierten en cuestiones éticas que
influyen en nuestra vida y en la de los otros en la forma de situaciones que en algunas
ocasiones entran también en contradicción con nuestros valores morales y religiosos. A estas
cuestiones que quebrantan nuestro sistema de valores, trata de ofrecer una respuesta la
bioética.
La bioética, definida en la Enciclopedia de Bioética, editada por Warren T. Reich, como “El
estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y del cuidado
de la salud, cuando tal conducta viene examinada a la luz de los valores y de los principios
morales”, posee un campo cada vez más amplio.
Con el avance de la ciencia y la tecnología cada vez se va extendiendo el campo de acción y
de influencia de esta disciplina. En ella se estudian contenidos que ayudan a reflexionar y dar
una respuesta a cuestiones que tienen que ver con:
- Problemas éticos derivados de las profesiones sanitarias: transfusiones de sangre,
eutanasia, transplantes de órganos, reproducción asistida o mediante fertilización in
vitro, aborto y todos los asuntos implicados en la relación médico-paciente.
- Problemas de la investigación científica, en particular la investigación biomédica, que
pueden transformar al hombre: manipulación genética, tecnologías reproductivas
como la fecundación in vitro o la clonación humana, etc.
- Los problemas ecológicos, del medio ambiente y la biosfera: necesidad de
conservación del medio ambiente, cómo mantener el equilibrio entre las especies y el respeto hacia los animales y la naturaleza, impedir el uso de energía nuclear, controlar
el crecimiento de la población mundial y el incremento del hambre en los países
pobres, etc.
- Influencia social y política de las cuestiones anteriores, en cuanto a legislación,
educación, políticas sanitarias, religión, etc.
- Temáticas relativas a la relación entre neurología y ética, que daría lugar a lo que se
conoce como neuroética.
Estos ámbitos de estudio de la bioética no son únicos, a ellos es necesario agregar nociones
fundamentales como el respeto a la dignidad; la violencia como expresión de una humanidad
degrada; la salvaguarda de los derechos de las personas y su autonomía; la tolerancia; la
inclusión; la solidaridad y la no discriminación como pautas no sólo orientadoras en el plano
ético, sino que faciliten su aplicación práctica en diversos contextos.
Ahora bien, para poder ofrecer una reflexión sobre estas situaciones desde la bioética es
necesario estudiarla, no con el fin de saber más, sino para ser mejor, para impulsar la
reflexión y el diálogo con los principales problemas que plantean las ciencias de la vida y del
cuidado de la salud, para favorecer la toma de decisiones prudentes que buscan fortalecer la
humanización de las personas, las familias y las instituciones sociales involucradas en los
diversos cuestionamientos bioéticos.
Es entonces que con el fin de acercar esta disciplina a más personas que se ofrecerá la
posibilidad de estudiar el Diplomado en Bioética en la ciudad de Yahualica. El diplomado
inicia el próximo sábado 7 de febrero, en las instalaciones académicas de la Preparatoria
CBTA, calle Emiliano Zapata 187, Col. CBTA, en Yahualica, Jal., con un horario sabatino de
10:00 am a 2:00 pm. Al final del Diplomado se extiende una certificación académica
expedida por la Universidad Vasco de Quiroga (UVAQ), de Morelia, Mich. Para mayor
información sobre los costos y la manera de inscribirte, puedes comunicarte al (344) 784
0377, con el Pbro. Eduardo Hernández Orozco o a los correos bioética@gmail.com y
checoaceves@hotmail.com. Recuerda, la bioética es para todos: profesionistas, sacerdotes,
estudiantes, amas de casa. No esperes a que el problema bioético llegue a tu puerta para dar
una respuesta, mejor adelántate a él para ser mejor persona.
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