Claro está que las despedidas de
los amigos no son para siempre, y que en algún momento de nuestras vidas nos
hemos de volver a encontrar y que ese reencuentro causará alegría para para
para cada uno de los involucrados; tal y como sucedió el domingo 19 de junio en
la Parroquia de San José de Jalostotitlán, pues se efectuó un reencuentro (que
se había prometido pero sin fecha clara) entre los fieles de esta comunidad y
su Obispo Emérito Don Felipe Salazar.
El motivo principal de este reencuentro
fue la confirmación de más de 120
jóvenes quienes, desde hace tres años se han estado preparando para recibir, en
su plenitud, los dones del Espíritu Santo a través del ministerio del Obispo
Emérito.
Don Felipe Salazar desde un inicio
se mostró muy contento por volver a esta comunidad parroquial, pues en su
homilía expresó que las personas que conforman la parroquia de San José siempre
se han distinguido por su hospitalidad y derroche de cariño que tiene hacía sus
pastores; resaltó que esos gestos ayudan al sacerdote a desenvolverse con mayor
seguridad entre su comunidad. De igual manera resaltó las funciones de un Obispo
Emérito y recalcó que, ahora, él tendrá más tiempo para pedir por todos los que
conforman la Iglesia y las necesidades que ésta tenga. Por otra parte también
hizo llegar el mensaje que Mons. Jorge Alberto Cavazos enviaba a toda la
comunidad, en especial a los padres de familia (pues como recordamos en México
se celebra el 3er domingo de junio) el cual se citan algunos fragmentos de la
siguiente manera:
“Quiero agradecer a ustedes papás, su ternura; responsabilidad; educación;
desvelos; preocupaciones; cansancios… Gracias es una palabra que tal vez
escuchan poco de sus hijos, pero que en el corazón de aquellos que llevamos su
sangre, siempre está el reconocimiento de un amor especial… Nunca podremos
olvidar sus consejos, sus esfuerzos, que son palabra de esperanza hecha vida…
Gracias por sus palabras de sabiduría, que nos hace salir resistir y
salir adelante en las batallas de la vida… por eso y tantas cosas
¡Felicidades!”
Finalizando la lectura del mensaje
conmemorativo del pastor diocesano, la asamblea rompió el silencio con un emotivo
aplauso que fue encabezado por Mons. Salazar en agradecimiento a los padres de
familia y a la misiva recibida.
Durante el momento cumbre de las
Confirmaciones, se podía ver el rostro de felicidad de cada uno de los confirmandos,
pues el momento especial que habían estado esperando por mucho tiempo, había
llegado y que al recibir los dones del Espíritu Santo confirmarían, libremente,
su fe y amor a Cristo Jesús; pero también aceptaron el compromiso de llevar la
palabra de Dios a todos los hermanos que no la conocen y seguir preparándose
para dar un fiel testimonio de su palabra y amor incondicional.
Finalmente, y dada la bendición,
Don Felipe felicitó a los jóvenes recién confirmados y optó por tomarse la
tradicional foto del recuerdo, gesto que demostró la cercanía de quien se ha
convertido en “el abuelo de la diócesis”.
Por: Héctor Javier Álvarez Romero, corresponsal.
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