miércoles, 6 de agosto de 2014

El valor de la gratitud

En nuestros días es muy común que nuestros hijos sientan que se merece todo sólo por querer tenerlo. La sociedad nos ha cambiado la escala de valores y nos ha impuesto que así debe ser.
Pero, ¿verdaderamente se merecen todo? ¿No será mejor que se ganen las cosas?
Aquí están 5 tips para educar a nuestros hijos en el valor de la gratitud.
PRIMERO. ENSEÑALOS A GANARSE LAS COSAS
La sociedad actual ha mal educado a nuestros hijos ya que les ha propuesto que crean que todo lo que quieren lo pueden tener con solo pedirlo y por el hecho de ser nuestros hijos; y que nosotros como papás estamos obligados a dárselos a costa de lo que sea.
Esto lo han permeado en la sociedad las grandes marcas que lo único que buscan es el consumismo y nuestros hijos, que no tienen un conciencia bien formada por su corta edad, caen en la trampa.
Por eso debemos enseñarlos a que no todo lo que quieren lo pueden tener en el momento, que es mejor que las cosas se las ganan con su esfuerzo.
Esto los hace valorar más las cosas y que por lo mismo sean más cuidadosos con ellas.
¿Cómo se las pueden ganar? Primero pueden hacer sus labores de casa con más gusto, también pueden ganar puntos extra haciendo labores extraordinarias como lavar el coche o barrer la calle por poner un ejemplo.
Yo se que nuestros hijos no trabajan como para comprarse sus cosas, pero si pueden ahorrar sus domingos o el dinero que les vayan regalando para contribuir a obtener lo que quieren, en caso de que sean cosas materiales; porque también nos pueden pedir cosas como ver un programa en la televisión, comer algo a deshoras o jugar un videojuego por horas sin fin. Y para eso es mejor ganar puntos.
¿Por qué les digo esto? Porque cuando no se dan cuenta nuestros hijos de lo que cuesta tener las cosas no las agradecen y además, las desperdician.
Si están pequeños es más fácil por que les puedes inculcar el valor poco a poco y así lo verán como lo más normal, pero si ya son adolescente podemos hablar con ellos y hacer un plan de acción juntos para fortaleces su voluntad y lograr que se ganen las cosas.
Con mis hijos llegamos a estos acuerdos y los pusimos en una cartulina en un lugar visible para que no se les olvide y así, cuando logran puntos, los anotan para llevar la cuenta.
SEGUNDO. ÁRMATE DE VALOR.
En verdad es algo difícil no darles todo lo que nos piden porque seguro habrá una reacción de berrinche o de reclamo pero es muy importante que comencemos con esto lo antes posible. ¡Nunca es tarde para arreglar las cosas!
Nuestros hijos nos deben ver tranquilos y centrados para que no sea un castigo sino que entiendan que es una virtud lo que se les pide.
Es así que las acciones que implementamos para inculcar un valor no puede ir rodeadas de gritos o de castigos.
Bien recuerdo a una querida amiga que siempre ha sido un ejemplo para mi. Nunca vi que les gritara a sus hijos, tan sólo les decía “Acuérdate de la obediencia” o “Acuérdate de la gratitud” con un tono de tranquilidad que convencía. La verdad es que ahora sus hijos son hombres y mujeres de bien y lo que no les he dicho es que ella tiene ocho.
Yo lo he aplicado con mis hijos y he comprobado que obtengo más resultados con éste método, además de que el ambiente familiar es de mayor tranquilidad.
TERCERO. POR FAVOR Y GRACIAS
Una forma muy buena de comenzar a agradecer las cosas es decirlo, aunque sea por costumbre o por obligación.
Cuando nuestros hijos están pequeños es muy importante enseñarles a decir las palabras mágicas, “Por favor” y “Gracias”.
¿Cómo lo logramos? Primero que nada debemos estar pendientes de que cuando nos pidan las cosas digan por favor y si no lo hacen debemos tener cuidado de nosotros decirlo y hacer que ellos lo repitan.
Yo les repetía la frase completa, por ejemplo, “Me das agua por favor” así nuestros hijos irán aprendiendo poco a poco.
Con el tiempo ya sólo les tenía que ayudar completando su frase preguntando “¿Por?” así ellos completaban con “Favor”. ¡Sólo fue cuestión de tiempo!
Cuando ya están más grandes, también debemos tener cuidado de corregirlos y de exigirles que pidan las cosas de buena manera y con las palabras adecuadas, sin olvidar el “Por favor” y “Gracias”.
A veces nuestros adolescentes olvidan estas palabras, un poco estimulados por las hormonas y otras veces por sus amigos que les aconsejan que exijan lo que quieren.
Es aquí cuando es muy importante ser amigos de nuestros hijos y así poder platicas todo esto para evitar que caigan en las trampas de la sociedad consumista.
CUARTO. QUE NO PONGAN SU FELICIDAD EN LAS COSAS
Otro punto importante es que debemos enseñarles a ser felices con lo que tiene y a agradecer a Dios por todo.

Debemos hace conciencia en nuestros hijos que todo lo que tenemos es por gracias de Dios y que no deben poner su felicidad en las cosas sino en el hecho de que Dios los ama y nos regala lo que necesitamos, siempre que sea un medio para nuestra salvación.

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