martes, 20 de enero de 2015

Construir la Paz


Construir la Paz
Eje transversal de la acción Pastoral
Hacer de la paz el eje transversal de nuestra acción pastoral significa que desde
cada plataforma eclesial se ha de favorecer la organicidad y la mutua
complementariedad de las labores pastorales en comunión y participación para
construir la paz.
La transversalidad es una herramienta que nos impulsa a una pastoral integral y
que implica la interdisciplinariedad de los saberes, pero, ante todos el compromiso
coherente con la vida, el ser humano y la sociedad, así nos invitan los obispos de
México a través de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, en el documento
“Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política en
México”.
Los obispos continúan la reflexión en los números 66 al 73:
Designar el tema de Construcción de paz, como eje transversal de la Pastoral de la
Iglesia, es porque constituye una respuesta a los problemas coyunturales de
trascendencia que afectan a la sociedad y a la naturaleza que le demanda una
atención prioritaria y permanente; como tal, se plasma fundamentalmente en
valores y actitudes, contribuyendo así en la formación de personas autónomas,
capaces de enjuiciar críticamente la realidad y participar en su mejoramiento y
transformación.
Por Construcción de paz se comprende el conjunto de iniciativas, esfuerzos y
procesos que a largo plazo buscan la construcción de sociedades y comunidades
pacíficas y estables, con bases sólidas y de prevención, abordando las causas
estructurales de los conflictos violentos; y desde una perspectiva eclesial, se
vincula a dos temas centrales: las relaciones y la participación.
La Construcción de la paz requiere de una fundamentación teológica, moral y de
una espiritualidad comunitaria. Promueve la evangelización integral incluida
dentro de la pastoral de conjunto. “Ser una Iglesia en salida, como comunidad de
discípulos y misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que
fructifican y festejan; a ejemplo de Jesús el Señor que tomó la iniciativa, la ha
primereado en el amor (Cf. 1,Jn 4,10); y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la
iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los
caminos para invitar a los excluidos”.
Es responsabilidad de todos los cristianos y debe estar dirigida a todas las
personas, especialmente a quienes han sido víctimas de las distintas formas de
violencia y a los que están más directamente implicados en el proceso de paz en
orden a la construcción de una sociedad justa y fraterna, libre y solidaria. Todo
agente y toda acción pastoral tiene una dimensión y responsabilidad propias,
sustentada con una formación específica en orden a generar procesos de paz. Tiene una insoslayable dimensión política, aunque “la comunidad política y la
Iglesia son independientes y autónomas. Ambas están al servicio de la vocación
personal y social del hombre”. En consecuencia, “es de justicia que pueda la Iglesia
predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su Doctrina Social... [] y dar su juicio
moral, incluso sobre materias referentes al orden político cuando lo exijan los
derechos fundamentales de la persona o la salvación”, de esta forma consolida la
paz en la humanidad.
En la Construcción de la Paz, compete a los laicos “la tarea y el dinamismo secular”
y a los pastores, todos ellos ministros de unidad, compete la tarea de iluminar y
acompañar leal y evangélicamente el compromiso secular de los laicos.
Es a partir de un estudio y análisis serio y objetivo de la realidad que la Pastoral
puede elaborar sus programas que respondan coherentemente al diagnóstico de la
misma, por lo que deberá tener en cuenta todos los ámbitos: político, económico,
social y cultural. Todo análisis de la realidad permite a los agentes de pastoral y a
los interlocutores de la acción tener conocimiento y comprensión de su contexto lo
más entendible posible con el fin de identificar y discernir el paso de Dios por la
vida de su comunidad y determinar las estrategias a favor del proyecto de Dios en
las realidades concretas en la salvaguarda de la dignidad de toda persona y
consolidación del Bien Común.
Con la pedagogía de la paz la Iglesia educa a la comunidad cristiana en la
metodología de confrontar e iluminar la realidad con el Evangelio y su Doctrina
Social; la cual tiene una doble tarea: deslegitimar toda forma de violencia y educar
a hombres y mujeres para que asimilen las convicciones, actitudes y
comportamientos fundamentales para una cultura de la paz; generando procesos
de diálogo, convivencia, tolerancia y reconciliación.
Con estas palabras los obispos nos invitan a todos los agentes de pastoral,
sacerdotes y laicos, a empeñarnos en construir la paz desde nuestra acción
pastoral concreta.
Si deseas profundizar en la reflexión del documento de los obispos y tienes acceso
a Internet, puedes descargar el documento completo en formato PDF totalmente
gratis escribiendo en tu computador el siguiente link:
http://caritasmexicana.org/documentos/ceps/DirectricesJusticiayPaz.pdf

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