martes, 17 de junio de 2014

MES DE MAYO, MES DE MARÍA, MES DE SAN JUAN DE LOS LAGOS.


“Crónica de unas fiestas singulares a la Virgen María”
Una tradición centenaria le ha dedicado a la Virgen María el mes de mayo. Y ¿por qué de mayo? Porque es, para nosotros, el mes de las flores. Porque es el mes en que las más bellas flores se dan en nuestros huertos. Ahora, en nuestros tiempos, más se ha justificado mayo, por ser el 10, día de la Madre, siendo María la Madre de todas las Madres y el mejor modelo de madre.
Y la honra a la Madre de Dios y Madre nuestra, en mayo, se hizo ofreciéndole flores. Y con las flores, las flores del rosario. Y más prendió esta devoción, porque el rosario, en aquellos tiempos, antes del Concilio Vaticano II, llenaba con él, el mejor tiempo de la tarde, aún sin misas vespertinas. En mayo, se inventó el ofrecimiento de flores en el rosario para fomentarlo, sobre todo a las pequeñas niñas, que vestidas de blanco, como “almas en gracia” empezaban a gorjear el rosario.
En el marco de esta muy piadosa y bella tradición mariana de mayo, el pueblo de San Juan de los Lagos, que tenía fiestas marianas para todos: el 8 de diciembre la Inmaculada Concepción, la Virgen de la Candelaria el 2 de febrero y la Asunción de María el 15 de agosto, escogió la suya, y bien le pareció, no un triduo, ni un novenario, ni quincenario, sino todo el mes de mayo con sus 31 días.
Así, pues, tiene muchísimos años el pueblo de San Juan de los Lagos de venir celebrando a Nuestra Señora de San Juan, el mes de mayo.
Pero y ¿qué hace San Juan de los Lagos, con mayor singularidad que todos nuestros pueblos de los Altos de Jalisco? San Juan de los Lagos se distingue por: sus flores, sus cantos, sus monos y su larga letanía de familias y de gremios que participan.
LAS FLORES: Nunca como en mayo, el altar de la Virgen de San Juan queda lleno de flores sin interrupción y en abundancia. Las manos artistas de mujeres sanjuanenses van bordando de flores sobre el verde musgo, bellas filigranas de monogramas, sobre todo, marianos. Es una fiesta y tradición reunirse en casa, cada familia con sus invitados a tejer estos arreglos,  en alegre convivencia y parloteo, terminando siempre con una exquisita comida para todos, para luego ir a colocar, los nuevos adornos, sobre los candeleros y blandones del altar. Las flores son también la fresca y perfumada ofrenda que llevan, como peregrinos, a la Virgen de San Juan, todos los gremios y la armada de blancos y traviesos angelitos a la hora del rosario solemne y vespertino.
LOS CANTOS: En mayo, desde la madrugada hasta la noche, hay mañanitas dulces y añejas que evocan el cantar de siglos de peregrinos en este santuario. Hay hermosísimas tonadas, románticas y armónicas, que hablan con mucho sentimiento de María. Son verdaderas joyas musicales, unas autóctonas, y otras, de casi anónimos compositores piadosos y geniales. Al oírlas se nublan los ojos de lágrimas y se estremece el corazón buscando a la Madre, sobre cuando todo el concierto siempre termina, con la canción LA MANDA, cada día más, el himno de la Virgen de San Juan.
LOS MONOS: Vieja tradición traída de España, en los tiempos de la Nueva España, el México Colonial,  Gigantillas, Mojigangas o Monos que desde su altura y disfraz, anuncian y hacen la fiesta. Desfile profano con el séquito de la ruidosa y rítmica banda que hace bailar aquellas gigantescas caricaturas, seguidas por una parvada de niños danzarines que baila su cuerpo y asoman sus ojos, mientras todo el pueblo, todos los días disfruta viendo pasar el desfile.
LOS GREMIOS: El pueblo se divide en 31 gremios y 31 familias devotas, que tienen su manda de tomar un día de mayo para agradecer los favores recibidos. Estos 31 días de visitar a la Virgen, de obsequiarla con flores, de aplaudirle y rezarle con mayor vehemencia, hace pensar que son el retablo más largo que agradece el milagro cotidiano que Dios les hace con su divina providencia, gracias a la Virgencita de San Juan.
Y precisamente termina, cosa inaudita, con el último gremio, compuesto por todo el clero de catedral, todas las religiosas que sirven en catedral y por todos los trabajadores laicos que ahí laboran. Como todos, cantan las mañanitas, entran de rodillas, ofrecen flores, aplauden, conviven y cantan al final “la Manda”, porque todos se sienten el pueblo de San Juan que tiene la dicha de ser, también, DE LA VIRGENCITA DE SAN JUAN.
Atte. Sr. Cango. P. Jaime E. Gutiérrez.


I Jornada de “Vida Saludable





Los sacerdotes son quienes hacen presente a Cristo en la comunidad, principalmente en la Eucaristía y en su entrega diaria, a ejemplo del Buen Pastor. Sin embargo, para ser buenos instrumentos necesitan llevar una vida saludable, que abarque todas las dimensiones de la persona; hablamos, pues, de calidad de vida. Es por eso, que “Proyecto Betania” –que fomenta la salud y el bienestar en los sacerdotes de nuestra diócesis–, ha ofrecido un valioso momento de formación desde la perspectiva ‘vida saludable’, que se llevó a cabo el pasado 12 de mayo en las instalaciones de la Casa de Pastoral “Juan Pablo II”.
No es raro para nosotros encontrarnos frecuentemente con uno o más sacerdotes, dígase en la práctica pastoral o en la celebración de los sacramentos, y en muchas de esas ocasiones logramos percibir, entre otras cosas, su estado de vida, así en el ámbito físico, así en el alimenticio, el espiritual, etc. que, gracias a sus muchas ocupaciones, no es el óptimo. Así, mediante conferencias, paneles con expertos en la materia y talleres de activación física, se les brindaron herramientas a los padres, para vivir de forma más plena su ministerio, tener mejores relaciones interpersonales, comer sanamente y ejercitar correctamente, según sus tiempos. En fin, cuidarse de modo integral.
Entre los expertos –encabezados por la asesoría de los padres Jaime Jáuregui y Elías Pérez– estaban el padre José de Jesús Robelo, el psicólogo Ricardo Roqueñí, la doctora Sofía Villaseñor, la nutrióloga Cristina Orendain, la doctora Clelia Ma. García, el psiquiatra Hugo Delfino, además de seis instructores que apoyaron en las sesiones de activación física, quienes brindaron a los cerca de 90 padres participantes importantes orientaciones para la consecución de un estilo de vida saludable.
De entre los panelistas, tuvimos la oportunidad de entrevistar a dos especialistas que nos compartieron acerca de lo importante que es participar en este tipo de jornadas y de cómo la comunidad puede contribuir a que sus sacerdotes lleven un estilo de vida saludable:
Dra. Clelia María García Silva Herrera
UNIVA, Campus Guadalajara.
Lo provechoso de la Jornada de “la vida saludable”:
Yo veo muy provechoso, primero, que la asistencia es muy nutrida y que la jornada es tremendamente educativa. Genera mucha conciencia en las personas.
Sacerdotes y calidad de vida ¿por qué es importante?
Es necesario porque (los sacerdotes) son un pilar de la sociedad. El sacerdote forma parte de las bases de la moral social, y parte de lo que tenemos que promover como personas, como seres humanos es amarnos, cuidarnos y permear esta conducta hacia los demás.
Y los laicos, desde nuestra comunidad ¿cómo podemos ayudarles a llevar una vida saludable?
Yo creo que integrándolos en aspectos saludables de la comunidad; que cuando se invite al sacerdote, no nada más se le invite a comer carnitas […], sino que se le invite a formar parte de grupos de salud, que se le invite a hacer deporte, que se le apoye en todo lo que él vaya generando al interior de su parroquia, de sus grupos; que la gente colabore y lo apoye en el fortalecimiento de la salud comunitaria.

Dra. Cristina Orendain
Nutricionista, médico preventivo, homeópata y tanatóloga
Lo provechoso de la Jornada de “la vida saludable”:
Yo pienso que cuando te sientes parte de un grupo fuerte, tú mismo te crees alguien importante por estar en ese grupo fuerte. La unión hace la fuerza, y cuando escuchas a otros que sufren lo mismo que tú o se alegran con lo mismo que tú, realmente es cuando te sientes parte de algo. En segundo lugar, es importante venir porque todos en esta vida tenemos que ir mejorando todo, y la persona que no estudia, la persona que no avanza […] es una persona que, bien que mal, va muriendo mental y anímicamente. En cambio, cuando tú te unes a los demás –aunque sea una sola idea que te quede clara, que sea nueva para ti– te ayuda a ser mejor.
A mí sí se me hace muy importante que los sacerdotes vengan porque tristemente (basándose en su trabajo prestado en la mutual Arquidiocesana de Guadalajara), yo me he dado cuenta que el (sacerdote) diocesano vive muy solo y me he dado cuenta que, a veces, hasta entre ellos no son amigos, y eso hace que el sacerdote se vuelva huraño, tristón, a veces amargado, a veces poco sociable y que, de pronto, se encuentre como en una isla y, entonces, (reunirse) es una oportunidad para hacer amigos. Yo veo maravilloso que se junten sacerdotes a jugar domino, que se junten a ver una buena película, que se junten a cenar porque, a fin de cuentas, somos seres sociables.
Sacerdotes y calidad de vida ¿por qué es importante?
Yo creo que es básico porque nadie da lo que no tiene. Hay sacerdotes que nos piden a los laicos ser ‘mejores, mejores, mejores’ y ellos son un desastre en su vida, entonces ellos tienen que reflejar primero lo que son, para pedirles a los demás qué sean. Y sí, la calidad de vida importa mucho, porque un sacerdote que está hipofiusémico,  con mala alimentación, subnutrido, pues definitivamente lo único que va a denotar a toda la gente que lo rodea es una apatía total.
Y los laicos, desde nuestra comunidad ¿cómo podemos ayudarles a llevar una vida saludable?
Yo creo que, en primer lugar, viéndolos como hombres, como hombres santos, pero sobretodo hombres, y que necesitan de nuestro cariño, de nuestro apoyo, de nuestro amor. Si tú me preguntas, yo amo mucho a los sacerdotes, en el buen sentido de la palabra, y ellos se sienten muy amados por mí, por mi familia; al invitarlos a salir, a comer, a reírse, a participar en el nacimiento de uno de mis nietos, a las piñatas (ellos) se sienten en familia, y yo pienso que nada más hermoso que sentirte querido por alguien. Yo sí creo que si todos los laicos queremos buenos sacerdotes, es nuestra obligación hacerles casa, hacerles hogar, hacerles familia, hacerlos nuestros.
Finalmente, nos quedamos con el compromiso de buscar mejores hábitos de vida, para, así, poder hacer presente el Reino de Dios de una manera más eficaz en nuestras comunidades. Sacerdote, recuerda las palabras de Jesús: “Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia” – Jn 10,10.
Redacción por: Israel Guzmán y Christian Rodríguez | 2° de Filosofía

¿Y la cocina?


Yo creo que podemos valernos casi de cualquier situación para educar a nuestros hijos y una muy buena es cuando cocinamos.

Si dejamos que nuestros hijos participen en la cocina los estamos armando para la vida porque también ahí transmitimos valores y se hacen responsables, además de que estamos formando padres y madres de familia con valores y virtudes que e nuestros tiempos nos hace mucha falta.

Aquí les dejo 5 tips para que los niños ayuden en la cocina.

PRIMERO. QUE CADA QUIEN PARTICIPE SEGÚN SU NIVEL.
Es común evitar que nuestros hijos se acerquen mientras estamos cocinando, pero creo que es mejor si desde pequeños aprenden cómo se cocina y además logramos que sea divertido.

Hay actividades que perfectamente pueden hacer nuestros hijos pequeños. Pueden pasarnos los ingredientes, o lavar las frutas. Los más grandecitos pueden ayudarnos a picar cosas sencillas o mezclar ingredientes, hasta que llegue la edad en que ellos mismos puedan hacer una comida completa y sin necesidad de ayuda.

Mi hija mayor, a sus 14 años, ya puede realizar una comida completa con su sopa, algún guisado de carne y un postre sencillo.

SEGUNDO.  AL TERMINAR HAY QUE LIMPIAR.
Es importante que desde pequeños se acostumbren a limpiar y poner lo que ocupan en su lugar. Siempre es agradable cocinar, pero a la hora de limpiar a todos nos da flojera por lo que es mejor que lo hagamos como una rutina.

Este es un principio de orden básico ya que aplicará en todos los aspectos de su vida por lo que mas fácil si lo aprenden jugando.

TERCERO. DÉJALES LOS MATERIALES A MANO.
Ayudar en la cocina no sólo es cocinar, también nos pueden ayudar a poner a mesa. Procura cuidar que los platos, vasos y cubiertos estén al alcance de su mano para que puedan ayudarte a adornar la mesa y si son pequeños tus hijos los trastes de plástico evitan accidentes.

El que sean pequeños no es un motivo para que no colaboren en el bienestar de la familia. Si los dejas que pongan la mesa, aunque los cubiertos queden en desorden, ellos estarán colocando su granito de arena para que la hora de la comida sea algo muy agradable y a la vez les estás haciendo ver que sin su ayuda las cosas no salen bien.

En mi familia además de ayudar a poner la mesa también ayudan a quitarla y dejarla limpia y ordenada. Y todos cooperan en estas labores.

CUARTO. MUÉSTRALES QUE LA COCINA ES DIVERTIDA.
Podemos organizar actividades que sean del agrado de nuestros hijos como hacer galletas, modelar masa, hacer pizzas o cocteles de frutas donde se abre paso a su imaginación y se logran grandes momentos de diversión.

Cuando hacemos pizzas, cada uno de mis hijos hace la suya y decide que ingredientes le pone. Esto es muy divertido y los hace sentir importantes.

A veces resultan más sofisticados nuestros hijos y hacen boletitos, toman la carta o hasta nos dan la cuenta y se paga con dinero de juguete, como en cualquier buen restaurante.

Y QUINTO. QUE DESCUBRAN LAS VENTAJA DE SABER COCINAR AUNQUE SEAN COSAS SENCILLAS.
Si se presenta alguna emergencia nuestros hijos estarán capacitados para hacer su propia comida aunque sea sencilla, hay que hacerlos conscientes de ello.
Un buen lugar para reconocer la importancia de saber cocinar y hacerlo en comunidad se da cuando se prepara una carne asada o se va de día de campo o a algún campamento.

Es muy formativo y necesario que nuestros hijos aprendan a valerse por si mismos pero siempre teniendo cuidado de sólo pedirles de acuerdo a su edad. 

No podemos olvidar que somos los guardianes de nuestros hijos. Estemos al pendiente.



  Silvia del Valle

miércoles, 4 de junio de 2014

LA FE SOBRE RUEDAS


           El pasado 25 de mayo, la Catedral de la ciudad de San Juan de los Lagos fue protagonista de reunir a más de 800 motociclistas de diferentes puntos de la República Mexicana, todos con el mismo objetivo de dar gracias a María Santísima en este mes dedicado a Ella.
Con el repique de las campanas al sonar las 12 del día arribaron al atrio  diferentes clubs de motociclistas y solo por este día, todos con un mismo nombre “la fe sobre ruedas”.
Este evento poco a poca se está convirtiendo en una tradición de los motociclistas ya que es la séptima vez que se realiza.

            Los iniciadores  de este evento fueron el Obispo José María de la Torre Martín  y el Padre Emiliano Valadez que en esta ocasión fue el encargado de presidir la Sagrada Eucaristía, recordándonos el “valor de peregrinar en esta vida, ya que el Papa Francisco también es peregrino y se encuentra actualmente en Tierra Santa.”
           El Padre Antonio Márquez y el Padre Rubén Sepúlveda fueron los encargados de la bienvenida y bendecir sus cascos y sus motocicletas.
Este evento es organizado por Catedral y la Cámara de Comercio se contó con aproximadamente 50 personas para que este evento fuera todo un éxito.

Sandra Padilla Jiménez 



FIESTA A SAN ISIDRO LABRADOR EN MIRANDILLAS JAL.


           Una vez más la comunidad de Mirandillas se viste de gala por el festejo en honor a San Isidro Labrador, por medio del cual Cristo nos abre su corazón para que nos unamos a Él.
            
          La devoción a San Isidro Labrador, está íntimamente ligada al fervor de sus fieles en la Eucaristía y  la vivencia de su tradición popular; esto es lo que la comunidad entera en coordinación del Padre Frenando  han hecho en este novenario.

         El festejo se vio llegar día a día en el gozo y la alegría de la celebración del alba y las mañanitas a las 5:30 de la mañana, seguido del rezo del rosario que recorría cada día un sector diferente de la comunidad hasta llegar a la casa de la familia que tomó el día, al medio día la peregrinación de los ranchos circundantes y por la tarde el grupo encargado se reunía para iniciar la peregrinación rumbo a la cuaciparroquia, llevando consigo sus ofrendas, peticiones y agradecimientos a los pies de nuestro patrono San Isidro Labrador. 

          Actividades muy importantes se llevaron a cabo, como la Vigilia Patronal en la que todos los adoradores se unieron para pedir por las madres vivas, difuntas y por el buen temporal; pero quienes tuvieron un mayor acercamiento con Jesús y su infinita misericordia fueron once fieles quienes por manos del padre Agustín Jaime Muñoz Aguilar (delegado del Señor. Obispo) fueron nombrados Ministros Extraordinarios de la Comunión, para estar al servicio de los ancianos y enfermos durante un año.  
No podía faltar, en un ambiente de alegre fiesta, la presencia del Vicario General Juan Francisco Navarro Gutiérrez, quièn celebró la Misa de Confirmaciones en compañía de los hermanos Padres Agustín Jaime y Fernando Muñoz Aguilar.
 Por último las calles de la comunidad se vieron llenas de gozo con el recorrido de San Isidro,   la banda, el castillo y los antojitos mexicanos le dieron  más colorido a una de las fiestas más bellas de la región.




Maria de Jesùs Garcia Trujillo.

DE MISIONES EN ARGENTINA




Misionero en Argentina
La misión es el ser y qué hacer de la Iglesia. Todos hemos recibido el método de “ir y anunciar la buena nueva”.
En nuestra Diócesis se ha tomado muy en serio este llamado a la misión y desde hace algunos años los sacerdotes diocesanos se han convertido en “misioneros”.
El padre Álvaro Ramón Íñiguez, ordenándose el 15 de mayo del 2010, está trabajando actualmente en La Banda, Santiago del estado de Argentina y ha convertido con nosotros su experiencia de misión.   

El llamado misionero.
La misión es algo que me ha llamado la atención desde hace mucho tiempo, desde mucho antes de ser seminarista y realizar mi opción por el sacerdocio ministerial. Estando en el grupo de PJU en Tepatitlán, tuve la oportunidad de iniciarme en el camino misionero que realmente resultó muy agradable. En el Seminario, los apostolados, resultaron experiencias muy gratificantes al sentir directamente el cariño y la respuesta de la gente. En la etapa intermedia, tuve la experiencia de misión en la sierra del estado de Hidalgo con un grupo de seminaristas de la secundaria de Tepa, que resultó muy agradable para ellos y para mí. Ya en el tercer año de teología, gracias a Dios tuve la dicha de conocer la Sierra Tarahumara, experiencia que definitivamente me marcó en mi camino misionero. Ese mismo año junto a otros tres compañeros, libremente en vacaciones nos fuimos a misionar a la Huasteca Hidalguense. Gracias a Dios, una vez ordenado Diácono, tuve la dicha de volver a la Tarahumara, todo mi servicio diaconal allá resultó algo realmente inolvidable. El trabajo con las comunidades indígenas de la sierra, así como con los pocos jóvenes seminaristas fue una experiencia maravillosa; la misión es servicio total y desinteresado, y en esos lugares descubrí plenamente el rostro de Cristo que nos llama a no ser servidos, sino a servir. Allá en la Tarahumara viví un clima de violencia y muerte, y eso me fortaleció mucho en mi vocación y en mi servicio a favor de la vida y los derechos humanos. La misión te sensibiliza ante el dolor y la miseria del hombre.

Argentina.
Sabíamos de antemano que a los tres años de ordenados, venía el cambio, cosa que en reiteradas ocasiones nos recordaron. Así que desde meses atrás, el Padre Antonio Becerra (mi hermano y gran amigo) y yo, comenzamos a platicar sobre la posibilidad de salir juntos a misión. Por ese entonces, llegó a la Diócesis de San Juan, una solicitud de una Diócesis de Uruguay, Toño y yo analizamos la propuesta y decidimos ofrecer nuestros servicios y plena disposición a Don Felipe Salazar. Al entrevistarnos con él, nos dijo que como criterio diocesano se tenía el atender los lugares de misión que ya estaban establecidos, y nos habló de Argentina, nos dijo que los Padres Alberto y Eliseo ya regresaban a México y nos preguntó si estábamos dispuestos, a lo que inmediatamente Toño y yo dijimos ¡sí!. Fue sin pensarlo demasiado. Al salir del obispado, fue divertido cuando nos dimos cuenta que habíamos aceptado sin tener la más mínima idea del lugar al cual éramos enviados. Pero Dios se encargó de todo. Fue así como el día 11 de enero de 2013 recibí la llamada de Don Felipe para confirmarme que sería enviado a Argentina.

Una nueva realidad.
La experiencia ha resultado muy agradable gracias a Dios, aunque al mismo tiempo, debo admitir que no ha sido fácil. En principio de cuentas es una realidad completamente diferente a la que se vive en México y muy concretamente en la Diócesis de San Juan de los Lagos. Ha sido tarea diaria irnos adaptando a un mundo completamente nuevo y diferente: la alimentación, el lenguaje, las costumbres, la práctica de la religiosidad, el clima, etc., muchos cambios, en donde ha sido necesario tener mucha fe y paciencia para ir avanzando poco a poco. Ha sido recomenzar mi vida sacerdotal, porque acá las costumbres y las formas son muy diferentes.
Los Obispos de acá me encargaron la guía pastoral de la Parroquia de Santo Santiago Apóstol, en la ciudad de La Banda, provincia de Santiago del Estero, al norte de Argentina. Es la parroquia madre de la Ciudad, con más de 100 años de historia. Junto al templo parroquial, atiendo otras 11 comunidades, lo que resulta todo un reto, a veces por la apatía de algunas personas, por el tiempo, por el clima, acá el verano se vive con temperaturas superiores a los 50 grados. Pero gracias a Dios me he sentido muy bien, recibido por mi comunidad y ha sido maravilloso sentir plenamente el cariño de la gente hacia la persona del sacerdote.
La vivencia de la fe.
Existe fe, pero falta formación. En el tiempo que llevo acá en la misión argentina, me he dado cuenta de esa cuestión, gracias a Dios la gente tiene fe, tiene necesidad de Dios, de encontrarse con Él, pero falta formar y fortalecer esa fe para que pueda llegar a ser una fe firme y robusta, sin titubeos. Estamos inmersos en un clima de supersticiones y otras profesiones de fe distintas a la nuestra, en donde he podido observar que mucha gente coquetea con su fe entre diferentes ritos y creencias. Por ese motivo, al poco tiempo de mi llegada a ésta comunidad parroquial, iniciamos la Escuela Parroquial de Formación, en donde gracias a Dios se ha tenido una muy buena participación hasta el día de hoy. De igual manera, he tratado de intensificar el trabajo de la catequesis infantil, ahí estamos empezando un proceso de cambio, buscando garantizar la buena formación en la fe de los pequeños que serán los que vengan a hacer el cambio en tiempos futuros. Hemos iniciado recién, la experiencia de los Ejercicios Ignacianos para la vida, con una muy buena participación de la gente, en donde espero se logren buenos resultados. Soy plenamente consciente de que ahora mi labor es la de sembrar, y con mucha fe y paciencia, es lo que he  tratado de hacer.

Retos.
Uno de los principales retos como lo mencioné anteriormente, es la formación en la fe, continuar con un proceso permanente de formación.
De igual forma, considero que otro de los grandes retos que tengo en ésta misión es mostrar a la gente un rostro alegre de Cristo. Muchas personas viven sumergidas en un clima de tensión por los valores materiales, por lo cual sus rostros reflejan tristeza y abandono, olvido de Dios, ante ésta realidad, ha sido muy interesante encontrarse con un rostro alegre del Sacerdote, dispuesto a escucharlos y ayudarlos a encontrar a Dios en sus vidas.
Los jóvenes es otro gran reto. Entre ellos la cuestión religiosa no tiene mucha importancia. Hay muchas muertes juveniles, los chicos no le dan valor a la vida y viven de una manera libertina y desenfrenada. Para muchos de ellos lo más importante es divertirse y vivir la vida a la ligera, entre el alcohol, las drogas, el sexo y el uso de la motocicleta sin ningún tipo de cuidado. Con ellos hay mucho por hacer. Es difícil lograr que se acerquen a la Iglesia, pero gracias a Dios, hay muchos casos en donde la presencia de Dios ha ido fraguando en ellos un nuevo estilo de vida.
Pero junto a éste reto de evangelizar a los jóvenes, se encuentra el gran reto de evangelizar a los papás de los jóvenes, en donde desgraciadamente se observa muy poco interés por acercar a sus hijos a Dios. Muchos papás se preocupan por bautizar a sus hijos, y asunto acabado, no tienen el interés por inculcarles en casa los valores que le dan fundamento sólido a la vida de sus hijos. En ese sentido, darle más valor al sacramento del matrimonio, que para muchos no es importante. Hemos iniciado un proceso formal en lo que concierne a la Pastoral Familiar, proyecto que espero pueda rendir muchos frutos primero Dios.
La promoción vocacional es otro gran reto, que las jóvenes generaciones vean en el Sacerdocio y la Vida Consagrada, una opción atractiva para su vida.

Las Vocaciones.
Por el mismo ambiente juvenil los chicos tienen muchas opciones en su mente antes que pensar en Dios, y mucho menos consagrar su vida a través del Sacerdocio. Se cuenta en la Diócesis con un Seminario en donde se realiza el Curso Introductorio y la Filosofía, actualmente son 10 jóvenes los que ahí se preparan en ambas etapas de su formación. La teología la cursan en Tucumán. El clero local, no sobrepasa los 50 sacerdotes y las necesidades realmente son muchas.


Agradecemos a Dios por el ministerio del padre Álvaro y roguemos al Dueño de las Mies que me siga bendiciendo con la obediencia.  

Seminarista Juan de Dios Torres Muñoz

QUINTO ENCUENTRO DIOCESANO DE JÓVENES




                El pasado 17 y 18 de mayo se llevo a cabo el 5to EDJES (Encuentro Diocesano de jóvenes en el Espíritu  Santo)  que es organizado por jóvenes de la renovación carismática católica para todo el público en general  en el palenque de Jalostotitlan  y  en el cual participaron alrededor de 600 personas de diferentes lugares de la diócesis,  en mayoría de Jalostotitlan; con la participación de algunos sacerdotes de la diócesis en los diferentes temas como el Pbro. Héctor Medina, Sr. Cura  Pedro Medina, Pbro. Francisco  Isaac  Avalos  y algunos laicos como Miguel Campos.

                 Previo a este encuentro se llevo a cabo la 5ta avanzada diocesana del 11 al 16 de mayo  en esta misma población, en la cual participaron jóvenes de algunos decanatos de la diócesis entre ellos Aranda, Tepatitlan, Atotonilco,Ayotlan, Capilla de Guadalupe, San Julián, Acatic y Jalostotitlan  comprometidos en el movimiento de la renovación carismática católica  y con previa preparación dentro de sus comunidades. Esta evangelización se llevo a cabo en la población y en algunos ranchos de los alrededores ya que los jóvenes estaban organizados en cinco equipos cuatro de ellos recorrieron  diferentes sectores de la población casa por casa y por las tardes en diferentes esquinas de los sectores respectivamente; evangelizando con música, mimos, payasos, predicas y oración en las cuales se invitaba a todas las personas visitadas durante la mañana y tocando puertas durante la tarde.  El equipo de areópago se encargo de trabajar de la misma forma durante tres días en las rancherías; visiteo de casas por la mañana y por la tarde en un punto especifico  del  lugar para el evento en general; Durante los dos siguientes días visito la cárcel, centro de rehabilitación y  se unió en las actividades de los otros equipos.

                Al término de las actividades todos los días  se participaban en la Eucaristía de 7:30 pm en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción junto con todo el pueblo y al terminar un evento en la plaza  de Armas; en donde se realizaron conciertos de música católica, predica y oración, rosario misionero y una  marcha con el Santísimo y Hora Santa como cierre de esta evangelización. Todo esto se llevo a cabo gracias al apoyo de los diferentes párrocos, sacerdotes, autoridades, laicos de esta población y por supuesto a los diferentes decanatos que motivaron a sus jóvenes y estuvieron orando por esta misión que fue de gran alegría para Jalostotitlan.

Verónica Guzmán Hernández