sábado, 24 de agosto de 2013

El noviazgo

Las relaciones humanas son parte de nuestra esencia que nos ayuda a tener la vida más llevadera, tanto con los amigos, los familiares, los compañeros de trabajo o de escuela y los vecinos son personas con las que nos relacionamos a diario, pero sobre todo hay un tipo especial de estas relaciones que a veces se nos complican  en nuestra vida: los noviazgos.

  El tener una novia(o)  requiere de mucha madurez por parte de ambas personas, pues alguna vez yo escuche que el noviazgo es el preámbulo del matrimonio. Las relaciones de noviazgo se han visto afectadas durante los últimos años haciendo que pierdan su verdadero sentido, que es el preparar a las personas para una vida en familia, solamente que hoy, se ven las solo como algo para “pasar el rato” o inclusive para obtener una pareja sexual.

  Se acabaron los tiempos de la galantería y la caballerosidad, de las mujeres que se hacen respetar, se ha cambiado las relaciones duraderas y de amor sincero por algo mucho más rápido y placentero, lejos de cualquier compromiso que esto implique, pues como nos hacen creer hoy en día “lo más placentero es lo más duradero”. Inclusive, se les incita a mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio alegando el hecho de que si “se aman, porque no demostrárselo” aun sin estar preparados para lo que significa el entregarse en cuerpo y alma a otra persona. 

  Al igual, muchos jóvenes y adolescentes toman a su pareja como una especia de “trofeo” que pueden lucir a sus amigos y conocidos, sintiendo que la otra persona es un artículo que pueden lucir cual si fuera alguna prenda de vestir, sin importar lo que él o ella puedan sentir durante su relación.

  El noviazgo implica muchas cosas, pues es una de las relaciones sociales más complejas del ser humano, pero no por eso deja de ser menos importante, yo te recomiendo que si estas en busca de una pareja sentimental, vayas preparado y dispuesto  a ofrecer lo mejor de ti en la relación haciendo la diferencia, no te dejes llevar por lo que los medios de comunicación o tus amigos te digan que debe ser el noviazgo, mejor vívelo, crea tus propias experiencias y prepárate en algún grupo de tu comunidad para llevar una relación completa y duradera.

  Joven, ¿para ti que es el noviazgo? Y si en este momento tienes alguna relación ¿Qué estás haciendo para hacer tu relación diferente a las expectativas de la sociedad actual? ¿Tu pareja es solo objeto de tus placeres o va más allá de ser tu compañero(a) sexual?

viernes, 23 de agosto de 2013

La televisión puede ser nuestra aliada

No siempre la televisión se puede ver como una distracción. En ocasiones, hay programas formativos que nos pueden ayudar a que nuestros hijos comprendan mejor algunos conceptos.

Por eso aquí les dejo 5 tips para hacer de la televisión nuestra aliada.


PRIMERO: Pídeles a tus hijos que hagan una lista de los programas que quieren ver
Es bueno preguntarles porqué les gusta cada uno. Yo les pido que lo hagan por escrito para después poder analizarlo pero si no están en edad de escribir podemos pedirles que nos lo dibujen, el chiste es hacerlos pensar y analizar los programas sin que ellos se den cuenta.

Nunca es tarde para retomar el control de la televisión.


SEGUNDO: Investiga de qué tratan esos programas
Podemos revisar en la guía de televisión o de plano, ponernos un día a ver esos programas para que sepas si son aptos para nuestros hijos.

Es importante que cuidemos que los programas no tengan alto contenido de violencia ya que causa estrés a los niños y fomenta que se les hagan comunes ese tipo de conductas.

Las caricaturas de ahora están cargadas de violencia y de temas poco adecuados para los niños por lo que les recomiendo que revisar muy bien el contenido y no confiarnos de que son caricaturas.
Si nuestros hijos están pequeños, podemos buscar programas de televisión que estimulen sus sentidos y que sean didácticos, recordemos que en ocasiones debemos tomar decisiones por ellos.

Si nuestros hijos ya están en primaria o secundaria, podemos permitirles que vean algunos programas culturales, documentales o científicos que le ayuden a reafirmar los conocimientos que van adquiriendo y les estimulen la sana curiosidad por esos temas.

Otro aspecto importante a cuidar es el tipo de anuncios que salen mientras está el programa y la verdad, casi nunca atendemos este aspecto.

Es de suma importancia cuidar los valores que se promueven en cada programa. La vida es corta y no se vale desperdiciarla en cosas intrascendentes.


TERCERO: Siéntate a ver la televisión con ellos y comenten el contenido
Esta práctica es muy buena para que nuestros hijos hagan un ejercicio mental y se formen un criterio propio, sacando lo bueno y lo malo de cada programa.

No dejen de comentar el programa visto y al final, entre todos lleguen a la conclusión de porqué si o porqué no deben ver ese programa.

Podemos hacer un horario semanal de los programas que podrán disfrutar en familia y los que podrán ver nuestros hijos solos y después debemos ponerlo  junto a la televisión para que a nuestros hijos no les cueste trabajo recordarlo.


CUARTO: La televisión debe verse después de realizar sus deberes y debe tener un lugar especial
Debe ser una zona común que permita reunir a la familia pero ojo, no debe ser el lugar más importante de la casa ya que ver la televisión no es una actividad primordial en la vida familiar y jamás debe estar en la recamara ya que provoca que los niños se aíslen y se mantengan en su mundo.

Nunca debemos ver la televisión mientras desayunamos, comemos o cenamos porque entonces eliminamos una gran oportunidad de comunicación y convivencia familiar. Además de que con esto, fomentamos la obesidad.

Procuren verla en familia con programas que fomenten valores o que les generen una sana diversión.


Y QUINTO: Las novelas no son una opción para los niños y mucho menos para los adolescentes
Ya que en esta edad los jovencitos buscan patrones de vida que imitar y de ésta forma los estamos conduciendo por un camino equivocado, presentándoles un mundo irreal, muy violento y cargado de vicios y adicciones.

El tiempo de televisión debe ser controlado y coordinado. Yo evito que mis hijos  la vean más de 2 horas al día.

Es muy importante tener claro que la televisión no es una niñera, que no debemos premiar o castigar con ella a nuestros hijos dándole una importancia que no tiene y sobre todo que si ya se llegó a un acuerdo en cuanto a tiempo y programas,  no vamos a ceder ante la típica cantaleta de “Estoy aburrido”.

Parte 11: Feudalismo, Monarquía y Municipio

El sistema feudal conoció su pleno desarrollo en los siglos XI y XII. El feudalismo nace como consecuencia de la quiebra del Estado frente a los desórdenes y miserias de todo orden. El pequeño propietario se confía o se vende al señor, con el fin de asegurar su defensa o su subsistencia frente a los invasores: “Una posesión feudal estable vale más que una propiedad insegura”.

En cuanto a los señores, eran generalmente antiguos oficiales del rey que habían amortiguado la apatía del poder central o que se habían aprovechado de la ausencia del control, ejerciendo en su propio nombre una autoridad sólo delegada, poco a poco, y en extensiones diferentes, se habían ido asegurando el ejercicio de los derechos de franquicia. La característica esencial del sistema feudal es “la idea de que lo que indemniza es el vínculo de hombre a hombre, de vasallo a señor, con la contrapartida del feudo, que es a la vez la prenda, el medio de acción y – al menos al principio – la recompensa del vasallo”.

El feudalismo occidental fue un acontecimiento que ha dejado una profunda huella en nuestra civilización. Seguramente no fue único en su género, como creía Montesquieu. “Buscarse un protector, complacerse en proteger: estas aspiraciones existen en todos los tiempos”.

La monarquía fue uno de esos poderes. Sin duda, el feudalismo pulverizó la soberanía política, pero, en cambio, no borró las fronteras geográficas nacionales, si bien en su interior la autoridad del rey no podía ejercerse de una manera absoluta más que sobre un dominio territorial muy limitado, ninguno de los señores que se dividían entre sí el resto del país tuvo nunca la audacia de proclamarse rey. El título real y el derroche de la consagración estaban reservados a los sucesores del trono. De esta forma, el mapa europeo no fue casi alterado por el feudalismo, que, por el contrario, lo conservó. La sorprendente estabilidad del número de monarquías es una señal muy característica de dicho fenómeno.

Las ciudades sufrieron, a partir del siglo VI, un eclipse casi total, que se prolongó hasta el siglo XI. Los francos eran un pueblo rural que vivía en una economía de base dominical. El comercio se encontraba considerablemente amortiguado, y los artesanos abandonaban las ciudades para retirarse al campo, a las villas, donde se fabricaba todo lo que sus habitantes necesitaban. Las ciudades que subsisten, amenazadas por las invasiones, se repliegan sobre sí mismas y se transforman en fortalezas, defendidas por un recinto amurallado. La decadencia persiste en los comienzos del período feudal. El sistema acentúa la tradición rural y autónoma. Los señores no sienten necesidad alguna de los comerciantes – a quienes desprecian, antes de temerlos – y les hacen difícil la existencia. Junto con las ciudades, había desaparecido casi completamente el régimen municipal; el jefe militar o religioso había ocupado el lugar de la administración, convertida en inútil o hecha imposible.

El renacimiento urbano y municipal se ve acompañado de profundas transformaciones sociológicas. Hasta entonces, la sociedad estaba regida por principios de imposición; cada grupo tenía su propia función en la realización del plan divino; constituía lo que la tradición llamaba un ordo (el orden sacerdotal, la caballería y el orden monástico). Comerciantes y artesanos no encuentran sitio en una concepción de la sociedad de este modo jerarquizada, por tal motivo se le designa el término de status, equivalente a “condición”, “situación” o “posición”.

La multiplicidad de los status perjudica a la solidaridad. En el interior de la sociedad urbana, cada grupo socio-profesional forma un cuerpo, una corporación. La “especialización” cada vez más creciente divide hasta el infinito a la sociedad. cada corporación tiene sus franquicias, limitadas en principio por el deber de no invadir las de las demás corporaciones.

El renacimiento municipal, al dislocar en su base los vínculos feudales, prestó un gran servicio a la realeza. El renacimiento de una sociedad urbana vuelve a abrir las vías tradicionales de la civilización y prepara las condiciones para la renovación de la sociedad política. Los reyes encontraron en las ciudades reconstruidas municipalmente lo que el ciudadano da al Estado, lo que la baronía no podía o no quería dar: la sujeción efectiva, los subsidios regulares, milicias capaces de disciplina.

Por otro lado la contribución de las ciudades a la laicización de la sociedad se expresa de otra forma, de manera más insidiosa. En efecto, “no hubo ninguna herejía que no encontrara rápidamente adeptos en las ciudades”. Es un hecho reconocido que las ciudades son anticlericales, especialmente en las regiones meridionales. Como se había dicho antes, la Edad Media es una época de grandes cambios políticos, sociales y religiosos.

“No es deshonor no alcanzar una cosa, sino cesar de poner los medios.” (Séneca)

Todos tenemos sueños, metas,  ideales y logros que queremos cumplir, pero no todos  hemos logrado llegar hasta el final y ver nuestro sueño hecho realidad. Triste, ¿no es así?, uno simplemente quisiera tener una especie de varita mágica que pudiera cumplir todos nuestros sueños con el simple hecho de agitarla, pero no es así de sencillo.

                El realizar nuestros sueños requiere de mucho esfuerzo y dedicación a ellos, de prepararse mentalmente y hasta físicamente para poder alcanzar el objetivo, pero sobre todo, requiere de mucha paciencia, puesto que no todos los sueños se llegan a cumplir en un corto plazo de tiempo.

                No importa cuál sea tu sueño (hacer ejercicio, crear tu propia fábrica de galletas, cantar en un concierto) ni que tan pequeño crees que sea éste,  nunca dejes de creer en él. La motivación debe de ser algo importante durante todo el camino, nunca dejes que los malos comentarios o los pequeños tropiezos mermen tu misión, si quieres llegar hasta el final, debes de recordar que motivarte a ti mismo es tan importante como si alguien más te motivara.

                A veces nos rendimos antes, justo cuando creemos que no podemos avanzar más  o que aun estamos demasiado lejos de nuestro objetivo, dejamos  abandonado el proyecto y lo damos por perdido, cuando en realidad, apenas estábamos comenzando el camino.

                Así como tú, muchas personas en algún momento se propusieron lograr algo, y hoy en día, después de mucho trabajo, dedicación y esfuerzo lo han logrado, han triunfado porque no se han dado por vencidos y lucharon por llegar a la meta. Pero la pregunta para ti joven y adolescente el día de hoy es, ¿Cuántos sueños has dejado olvidado por el miedo a fracasar o a no hacerlos realidad?