jueves, 26 de febrero de 2015

Invitación a la evangelización del tiempo de cuaresma

San Juan de los Lagos, Jal., 
22 de enero de 2015
 A TODA LA FAMILIA DIOCESANA
 Circular  No. 02/15 ASUNTO: 


Los saludo con afecto de pastor de la Iglesia que camina en la Diócesis de San Juan de los Lagos, con las palabras de San Pablo: «Sean, pues, imitadores de Dios como hijos suyos muy queridos. Y hagan del amor la norma de su vida, a imitación de Cristo que nos amó y se entregó a sí mismo como ofrenda y sacrificio de suave olor a Dios» (Ef 5,1-2). El apóstol se dirige a los discípulos de Éfeso para alentarlos a llevar la vida del creyente, como una «humanidad nueva» frente a la humanidad «vieja». La «humanidad vieja» se lleva por la concupiscencia y acaba en la corrupción. La «nueva», es una vida a imitación de Dios y de Cristo. La vida nueva del cristiano, a imitación de Dios y de Cristo, es «hacer del amor la norma de vida», se manifiesta en comportamientos y actitudes concretas, que se hacen un estilo de vida dentro de la Iglesia: reconocimiento y respeto de la dignidad humana; proclamación de la igualdad de la dignidad de toda persona creada a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26); lucha por la fraternidad; la justicia, no sólo dándole a cada uno lo que le corresponde, sino hasta llegar a la caridad; el bien común, como búsqueda del bien de todos los hombres y de todo el hombre; promoción del destino universal de los bienes, porque los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa, por la justicia y la caridad; la subsidiaridad, como actitud de ayuda, apoyo, promoción, desarrollo, etc., respecto a los más necesitados; responsabilidad y participación, porque el bien de la sociedad es una responsabilidad que supone la participación de todos; protección de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, cuidado de la naturaleza; compasión y misericordia, porque sólo un corazón así es capaz de involucrarse en la necesidad del otro; comprometiéndose en la solidaridad, la paz, la honestidad, la dedicación al trabajo, la veracidad, la amabilidad, el respeto al prójimo y el perdón.Como pecadores, siempre es muy sano llevar un proceso de conversión, para quitar de nuestra vida lo que se ha ido haciendo viejo en nosotros y nos esclaviza. En especial, cuando nos olvidamos de los mandamientos de Dios: amar a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a nosotros mismos; y asumimos como mandamientos la idolatría y la indiferencia a las necesidades de los demás. Por ello, renovemos nuestro bautismo, para tener los mismos sentimientos de Cristo. Los exhorto a colaborar para que la Campaña de la Caridad, en este Año de la Vida en Cristo y del Compromiso social cristiano, sea distinta de otros años, acrecentando la toma de conciencia en la dimensión social de nuestra fe cristiana, y a promover distintas iniciativas frente a las nuevas formas de pobreza que ha originado la crisis económica. Que nuestro apoyo a personas con capacidades diferentes, centros de atención a adictos, acompañamiento a pobres y marginados, atención a personas en situaciones de vulnerabilidad, sean el signo claro de que hemos recibido en nuestra vida los signos de la Muerte y Resurrección de Cristo que celebramos. El tiempo de cuaresma es un tiempo especial de gracia, para caminar junto con Jesús y para contemplar nuestra vida a la luz de la Palabra de Dios, nuestro Padre, que desea que seamos como Jesús. Imparto mi bendición, implorando a la Santísima Virgen de San Juan, mujer comprometida con el caminar de nuestra Diócesis de San Juan de los Lagos, que inspire nuestro tiempo de cuaresma, para que tengamos los mismos sentimientos de Cristo resucitado. + Felipe SALAZAR VILLAGRANA Obispo de San Juan de los Lagos

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